Un servio, que vive en la islota de Australia. Comenzó a agredir a su esposa desde que decidió empezar a tomar la pequeña y mágica pastillita azul. No es que el Don se entachara, pero el viagra le daba una Caaalentura. De esas calenturas que solo se conocen gracias a las historias de mujeres que han sido drogadas con yumbina. El octogenario obligaba a su señora a tener por lo menos unas tres veces relaciones sensuales, pero al día. No había poder sexual al alcance de la afectada para bajarle lo ganoso a su señor. Quien iba a pensarlo. Pinche pastillita desata la locura Balcánica si es que se consume debajo del ecuador.
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