Son las 22:30 en domingo, tenía una vaga idea, de que tenía un chinguero de tarea. Pero como que esa idea vaga no se convierte en una pesadilla hasta que te dignas a empezarla. Eso es exactamente lo que acabo de hacer. Acabo de comenzar a hacer mi tarea. Algunas cosas llevan dos semanas en mi agenda, las otras solo llevan cuatro días. Al concienciar la inmensidad que he escondido debajo del tapete, me ha entrado un ataque de desesperación. Pero y yo que hago en caso de desesperación, correr en círculos y gritar blasfemias mientras agito los brazos, bueno ya que me canse de hacer eso. Pues recurro a mi nueva y favorita droga que es postear. Que mas ya perder unos minutitos de sueño, por compartir esto, vale la pena.
Creí que después de postear iban a bajar los niveles de desesperación, y pues no. Ya bajaran cuando me de sueño.